Nuestros comienzos

Hace 25 años, en noviembre, nació una idea que parecía una locura: abrir una pequeña fábrica de chocolate en el corazón de la Alpujarra. Mis padres, que ya no están con nosotros, fueron quienes soñaron con este proyecto y nos transmitieron su pasión por el chocolate artesanal.

Recuerdo la ilusión de los primeros pedidos y también los momentos difíciles, cuando no sabíamos si podríamos seguir adelante. La familia siempre estuvo allí: mis hermanos ayudando y aconsejando, y así construimos lo que hoy sigue siendo nuestra esencia: un proyecto familiar lleno de amor y sabor.

Una familia que crece contigo

Lo que empezó como una pequeña aventura hoy es una gran familia. Y no hablamos solo de nosotros, sino de todos los que nos habéis acompañado en este camino.

Quizás fuiste aquel niño que probó el chocolate en rama hace 25 años y ahora lo compartes con tus propios hijos. Cada recuerdo, cada sonrisa y cada tableta de chocolate nos han hecho más grandes y más fuertes.

Nuestra inspiración

Lo que nos mueve no son solo los dulces, sino la vida que rodea a la Alpujarra. Caminar por Pampaneira, perderse por sus calles de noche, sentir la magia de este lugar único… todo eso nos inspira para seguir creando chocolates auténticos que conecten con la tierra y con las personas.

Por eso, siempre decimos lo mismo: si quieres visitarnos, nuestras puertas están abiertas. Aquí encontrarás mucho más que chocolate; encontrarás hogar.

Gracias por estos 25 años

Queremos agradecerte de corazón por formar parte de esta historia. Por cada compra, cada visita, cada palabra de aliento y cada recuerdo compartido.

Seguiremos trabajando con la misma ilusión del primer día para ofrecerte el mejor chocolate artesanal de España, hecho con pasión y tradición.

✨ ¡Felices fiestas y por muchos años más de dulzura compartida! ✨