Cara, cacao y corazón: nuestro valor añadido

Cara, cacao y corazón: nuestro valor añadido

Cuando hablamos de valor añadido, no estamos hablando de algo que vayas a encontrar en las estanterías de un Mercadona, ni paseando por el pasillo gourmet de El Corte Inglés, ni siquiera en la tienda especializada más chic de la ciudad.
¡No, señor!

El valor añadido es esa cosa única que no se mide en un precio ni en un packaging bonito.

En nuestro caso, ese valor añadido es que el dueño te habla de frente, te lo encuentras de carne y hueso en un reel de Instagram, y te responde él mismo. Aquí no hay intermediarios fríos ni respuestas repetidas. Aquí, el que fabrica el chocolate es el mismo que te dice:

“Mira, no vamos a recortar en la calidad del cacao por mucho que suba de precio, porque creemos en hacer algo de primera, con toda la ilusión, y porque así es como respetamos a la gente que nos elige.”

No se trata solo de lo artesanal o de lo hecho a mano —que claro, eso suma—.
Nuestro valor añadido es esa conexión directa, esa transparencia y ese cariño por todo lo que hacemos.

No te vendemos solo un producto; te vendemos una historia, una filosofía y un compromiso real: que lo que te lleves a la boca tenga sentido.

Y si con esto te dan ganas de saber más, aquí estamos.
Porque el valor añadido, en definitiva, es que detrás de cada tableta estamos nosotros, poniendo la cara, el corazón ❤️ y la mejor materia prima para que disfrutes de algo único. 🍫

Al final, lo que nos diferencia no es solo el chocolate que hacemos, sino cómo lo hacemos: con cara, cacao y corazón. ❤️🍫 Cada tableta lleva detrás una historia, un compromiso y el respeto por quienes nos eligen.

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